La continuidad de la vida

Solo quiero mencionar que siempre eh querido ser normal. Siempre quise tener amigos, siempre quise salir de fiesta y emborracharme sin sentido, hacer lo que la gente de mi edad hace. Pero no, sencillamente porque no puedo dejar de pensar, veo causas, consecuencias y principios, leyes de economía de las acciones, navaja de ockham cortando mis cabellos; para mi lo realmente disfrutable es algo más que simplemente perder el control.

Me gusta platicar, me gusta querer a la gente, me gusta preocuparme por mis amigos y que ellos se preocupen por mi, me encantaría crearme una vida a su lado. Pero no, sencillamente llegó el día en que me pregunté, ¿que es lo que teníamos en común, que además del simple compañerismo y los acontecimientos del día a día me unía con ellos?

Siento que los verdaderos amigos permanecen, ante todo y aguantando cualquier cosa.

Me gusta ser el que se aparta voluntariamente, el que decide no encajar con el contexto, con las personas; sin embargo me duele y ofende que se diviertan sin mí, que permanezcan y yo no. Tengo deficit de atención. Tal vez yo no sea un buen amigo.


Si algo le reprocho a Elizabeth es que nunca (creo) se interezo por arreglar las cosas. Sus miedos pudieron más, su necesidad de que alguien la buscara. Yo pude haber mostrado más interes, haber conseguido su número, no era tan difícil; buscarla y arreglar las cosas. Pero quería (quiero) que viniera de ella, que así como ella se alejo, ella fuera la que se acercara.


El día es hermoso y yo me siento triste, mal, nostálgico, estupido, beodo de rencor y necesidad. Es en días como hoy cuando necesito (en toda la extensión de la palabra) de Marce.


Pero la vida continúa, respiro, pongo a Amy Winehouse, recuerdo mis razones, las razones de la gente, recuerdo que trato con humanos, con seres erroneos, con equivocaciones; que yo soy humano y por lo tanto debería de identificarme con ellos; que quiero perdonar, que quiero zanjar, dejar en paz tantas cosas, tantas cosas que cargo y que deberían de pertenecer al pasado.



Solo queda respirar y seguir. Entender la vida como una ilación de pequeños momentos.

A veces para apreciar una obra de arte no solo basta perderse en la inmensidad de los detalles, tambien debe de verse la totalidad de la obra.

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Esta vida sería mas sencilla si realmente todos fueramos máquinas con respuestas pre-programadas.

Maldito Aristóteles, tú y tu incontinente me friegan la vida.

Pistorius