Un profesor de redacción decía que el título era la clave para un gran texto. Que desgracia que soy un fiasco para poner títulos.

Traje de baño

Me gustaría tener la habilidad de cualquier periodista gonzo para encontrar palabras que describan lo patética de mi situación.

La chica de la pantalla me recuerda a ti, la otra chica de la pantalla, la ausente. 

No puedo evitarlo y traigo del olvido las viejas fotografías que tomamos en nuestro viaje a la India... Me masturbo con ellas.  Vomito el nudo en la garganta, me acuesto en la cama, y cierro los ojos esperando exprimir así las lágrimas, nada sale.

Es sólo un día más... No es el día en que te olvido, ni el día en que volvemos. Es un día perdido en la inmensidad del tiempo, es parte de esos momentos derrochados en suspiros inútiles.

Si al menos pudiera encontrar las palabras... Podría ser otro de los muchos que venden su miseria. "¡Alégrense, vulgo! Llegó un chivo expiatorio más", diría. 

Pero no. Es gasto fútil, tristeza vana.

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