Un profesor de redacción decía que el título era la clave para un gran texto. Que desgracia que soy un fiasco para poner títulos.

Niña cortando vegetales

Personalmente, prefiero las sensaciones simples.

Odió las complejas, esas que varían de emoción en emoción en un mismo momento. Nunca sabes que seguirá, en un momento brincas de alegría, te tiemblan las rodillas, dejas libres las mariposas que guardas en tu estómago,no te haces bolita mientras tiemblas y llamas a tu padre para que corra a los monstruos de debajo de tu cama.

Las simples se focalizan en un punto específico de tu cuerpo; llenan tus entumidas manos de ansiedad, tus pies de cansancio, tus ojos de luces brillantes y cegadoras. Son fuertes, pero dan la seguridad de que después del punto más álgido sólo hay catarsis, limpia, purga... libertad de toda emoción.

Me gustan esas emociones fuertes, el amor desmedido, la pasión arrebatadora, el odio irresoluble, los sueños inocentes.


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