Un profesor de redacción decía que el título era la clave para un gran texto. Que desgracia que soy un fiasco para poner títulos.

sigo solo...

Vivo como esperando un inminiente final, como si de pronto mi vida diaria fuera a ser golpeada por un asalto, un accidente, el día del juicio o un enamoramiento sin precedente. Esperando no más buenos tiempos venideros, solo la grisácea niebla del olvido.
La buena vida olvidarla en las pantallas; lactorreicas nodrizas que no saben amamantar.

...el destino es injusto para los que esperan.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola...

no te reconozco... que no se suponía que tú eras el que decía que no debía esperar o ilusionarme con algo porque saldría lastimada "que no haya ilusiones para que no haya desilusionados"... que te hicieron???

perdón por la mala ortografía

Leonardo G.O. dijo...

No es lo que a uno hacen sino lo que en uno acontece; en el fondo, sí, supongo que esperar es un mal que hay que sufrir.

Leonardo G.O. dijo...

No es lo que a uno hacen sino lo que en uno acontece; en el fondo, sí, supongo que esperar es un mal que hay que sufrir.

E&B dijo...

HUUUM...
PS...
EL DESTINO ES EL FUTURO
SIN FUTURO QUÉ NOS MANTIENE LA ESPERANZA??!!??!!

ey ey
pasando a saludar