Un profesor de redacción decía que el título era la clave para un gran texto. Que desgracia que soy un fiasco para poner títulos.

Hoy... lo de menos es escribir.

...ya no importa. La cuestión es quedarse despierto, hacerme lo más pendejo posible con tal de no pensar.

...porque ahora, la noche a dejado de ser el fin de un día. Se a vuelto su consecución...

No hay comentarios.: